Después del debate, sobre todo durante este último año, sobre la figura y funciones del Community Manager, y viendo que igual que tuvo una rápida subida, ahora tiene su rápida bajada, me gustaría hacer un último aporte. En tanto que desde el primer momento he creído que este profesional de la comunicación y las relaciones públicas digitales no era ni mejor ni peor que el estratega o técnico de las relaciones públicas tradicionales aplicadas a los códigos de internet, creo que los bytes que han ocupado la mayor parte de la discusión en la red han sido para hablar de lo que menos importa de su labor: el blogueo, twitteo, facebookeo, o sonadas crisis online, que nos han tenido ocupados viendo la capa más epidérmica de un trabajo, muchas veces infravalorado.

Permíteme que ponga 5 apuntes que creo los más importantes

  • la parte pública de su trabajo sólo corresponde al 20% de sus actividades. El 80% poco tiene que ver con el manejo de canales sociales. La voz en las plataformas y medios sociales debe usarse sólo después de completar un trabajo estratégico, planificado y analizado
  • tareas directivas sobre estrategia, análisis y ejecución de campañas y acciones, intentando encontrar escenarios de ganancias mutuas (win-win) entre actores implicados (entre públicos internos, entre internos y externos [los más frecuentes], y entre externos [colaborando o intermediando])
  • el community manager debería mantenerse justo en medio de la relación entre los intereses de la organización -que le paga el sueldo a fin de mes-, y los intereses reales de los usuarios que libremente interaccionan en el ecosistema de la compañía. De no situarse en esta compleja equidistancia, las antipatías y rechazos de los usuarios (o de la propia organización), provocaría la desbandada de consumidores potenciales y clientes, y la consecuente, e indeseada, caída en picado de las ventas (o conversiones, en función del proyecto). También, la organización no se verá beneficiada de este importante papel intermedio, actuando como ojeador de oportunidades de negocio, innovación y comunicaicón/marketing; incluso importante negociador y mediador en conflictos online que se encuentre
  • durante la producción de sus tareas, hay muchos tiempos en tareas estrictamente de relación humana en “backoffice: creatividad en acciones y estrategias, reuniones, encuentros con stakeholders, charlas formales e informales, negociaciones, acercamiento de puntos de vista inicialmente alejados, etc… que carecen de una visibilidad inmediata, pero que resultan claves para la resolución satisfactoria de las distintas metas que llevarán al éxito global del proyecto
  • la gestión de comunidades con personas no debe confundirse con un social-shopping exacerbado entre consumidores sólo preocupado en ventas, ventas, y ventas… la función del community manager pasa también por enamorar desde el prosumer de la marca hasta su detractor a través de un amplio abanico de herramientas que tiene a su disposición, con las que comunicará sus mensajes fieles a los valores de la organización. Si el receptor de estos mensajes no percibe la unicidad (el valor añadido que lo diferenciará del ejercito de competidores) que espera de la marca, la eliminará de su top-of-mind y no conectará con sus compradores potenciales

Realmente sé que no son ningún ‘secreto’, aunque sí son aspectos importantes, desconocidos aún para muchos, olvidadizos y un tan recurrentes, para alguien que no conoce bien nuestro trabajo, con una gran carga de tiempos emocionales.

[photo by tor4idoz]

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Francesc Grau

Obrero de la comunicación 💬 CEO de Chatforce.tech 💡 y autor 📚 de libros, artículos y este humilde blog

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