Ayer tuve el honor de saludar, junto a mis compañeros, a uno de los personajes más influyentes en la historia de la informática: Richard Stallman. Junto con sus teorías e iniciativas a favor del software libre, forma parte del reducido núcleo de heavy influencers que han conformado el epicentro del universo del programario que nos envuelve, desde los softwares del PC o Mac que tenemos en casa o en la oficina, hasta los que incorporan, a día de hoy, los teléfonos y todo tipo de terminales móviles.

 

Sintetizando su extenso pensamiento acerca del software libre, aboga por un mundo sin softwares privativos (aun la mayoría), que privan las libertades esenciales tanto de los desarrolladores como de sus usuarios, restringiéndoles derechos básicos como la mejora del código o su libre distribución. Ve un mercado donde todo el mundo pueda mejorar los programas de todos, compartiendo tanto los problemas como las ventajas; al mismo tiempo que se distribuye la riqueza de una forma mucho más equitativa, ya que no hay empresas que secretan el código y sólo ellas pueden acceder a él y, por supuesto, venderlo.

 

En una breve charla que pude franquearle, le pregunté por el papel de estas grandes corporaciones (como Microsoft, o Apple) y su implicación en el desarrollo de software libre.

Me miró lentamente. Subió su mirada –como buscando las palabras correctas– y me respondió con cierta resignación, que muchos de los compañeros que compartían su ideología en la universidad, y que passaron cientos de horas programando a su lado, fueron integrándose en compañías de software privativo, abandonando su “resistencia”. Ha tenido acercamientos con algunas de estas compañías, pero tanto su modelo de negocio, como su “ética empresarial”, no contemplan el uso del software libre.

 

Stallman vivió y partició activamente en los inicios de toda esta era de la información informatizada (me permito la redundancia). Y su ideología evangelizante, promoviendo el valor íntegro de la libertad en el mundo del software, cautivó en la tarde de ayer a toda una audiencia ábida de oírle opinar sobre nuestro archiconocido windows vista 😉

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Francesc Grau

Obrero de la comunicación 💬 CEO de Chatforce.tech 💡 y autor 📚 de libros, artículos y este humilde blog

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