No eres consciente de ello, pero alguien te vigila. Lo hace a todas horas, de día y de noche. Con la luz del día, intensifica su actividad fuera de la red, aprovechando los recursos solares. De noche –y con nocturnidad–, sigue tus pasos dentro de Internet.
Sin duda, no hay maldad, pero sí un tema de privacidad y de exposición de la imagen personal. Habrá que exigir querer salir –o no- en las fotos de Google?
Ah!, y sobre el titular de este post, no tengo ninguna duda.