Diplomacia online
Cuanto más avanzamos en esta vida en red de dos dimensiones, la tradicional de toda la vida y una de online en la que todo permanece digitalizado, entendemos que de realidad sólo hay una: la suma de ambas. Y esta realidad es híbrida (online + offline). Nuestras vidas se catalizan en información publicada y encontrable para cualquiera que desee repasar nuestro presente y pasado, sacando su propia valoración de quién somos a sus ojos, conformando nuestra reputación.
Pero en un mundo inundado cada vez más por la tecnología, el verdadero cambio social lo conforman nuestras relaciones con los demás, con sus mecanismos sociales inherentes. Desde la democratización masiva de la voz del usuario en internet, a través de las herramientas colaborativas de la web 2.0, la libertad de poder dirigirse a cualquiera sin ningún tipo de barrera marcó un antes y un después irreversible en nuestra historia.
El primer día que alguien pidió amistad a otra persona en una red social y se materializó en público esa relación entre ambos, se inició un nuevo ciclo irreversible en que todos conocemos hoy nuestras relaciones con los demás. Hecho que hasta el momento permanecía en lo más íntimo de cada uno. A partir de entonces, cada persona, empresa, organización, marca, producto o país muestra abiertamente cuáles son sus relaciones. Cada espacio social donde tenemos presencia a través de nuestra identidad digital, posee su propia arquitectura relacional (twitter -> followings, facebook -> amigos, linkedin -> contactos…). Y es accediendo a ella que vemos con quiénes se relaciona la persona, empresa, organización, marca, producto o país. Sus amistades se hacen públicas ante cualquiera, incluso sus diálogos, sus reacciones, estados ánimo, preferencias o calidad de las mismas, evidenciando fortalezas y fracturas entre interlocutores, con el peligro constante de desarrollar una crisis o destapar una situación que permanecía silenciosamente latente.
De este nuevo escenario, abierto, transparente nace la necesidad de gestionar permanentemente lo que hacemos y decimos en tiempo real, materia prima básica e indispensable para la construcción de nuestro archivo digital público que se ajuste a lo que somos y, a su vez, lo queremos proyectar a los demás, dejando una reputación online digna de nuestra empresa, organización, marca o producto, para que sea consultable para quienes lo deseen.
Esta actividad de buena presencia digitalizada, gestión permanente de su actividad online, el juego de intereses corporativos y personales entre su organización y sus públicos en la red, el manejo y solución de micro-crisis continuas en sus medios sociales donde tiene presencia, acuerdos estratégicos con usuarios para conseguir relaciones win-win, y mantener un buen equilibrio entre el online y el offline, es lo que llamo Diplomacia online.
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