Google va incorporando, en sus resultados de búsqueda, la información en tiempo real. Sin duda es un avance importantísimo en su historia y para la nuestra. A día de hoy (o al menos en muy breve tiempo) podemos conocer quién está diciendo qué y dónde, sobre cualquier criterio en la red. Se vuelve a marcar un hito en el campo informativo y relacional que va a facilitar en gran medida el encuentro y la conexión de intereses entre personas y organizaciones en internet.
Pero justo ahora, cuando Google está integrando esta nuevo paquete de información, es cuando me pregunto un mar de dudas que bien seguro no serán de fácil resolución. Al buscar un criterio en el buscador, muestra los 10 primeros resultados, que para él (y basado en su algoritmo de ponderación) son más relevantes. 10 entradas no son muchas ni pocas, pero sí que es un producto limitado fruto de unos complejos cálculos de indexación, rankeo y asignaciones de importancia de unas informaciones sobre otras. Pero, ¿cómo va a tratar Google esta nueva información en tiempo real, mezclada con todo el resto? ¿A cuál le dará más importancia y por qué? (ya, ahora, en pleno período de pruebas se están dando los primeros síntomas de irrelevancia de estos resultados). ¿Priorizará la actualidad de un comentario absurdo por encima de una definición contrastada?, ¿le dará autoridad al emisor dentro de su contexto? Porque de bien seguro ya habrá descubierto que este potencial de búsqueda y encuentro de información afecta de lleno en la construcción de la reputación de cualquier persona, producto/servicio, empresa u organización que se mueva en internet.
Sin duda, un tema peliagudo que atañe directamente a la continua complejización de nuestra sociedad de la información, en su camino de progreso hacia la incansable tecnificación del conocimiento que –quizás– no entraba en los planes de nuestros sabios ancestros… 🙂