Leo en un blog personal el relato de un plagio, escrito por el propio autor plagiado. Pero lo distinto que tiene este caso, frente a decenas de otros similares, es que uno de los intervinientes me es próximo.
El caso sintetizado es que unos señores de la órbita del periódico La Vanguardia (Catalunya), utilizaron el trabajo de elaboración de un noticiario audiovisual online del demandante, una vez rechazado por ellos. La verdad es que el creador/ideador –y blogger- del programa trata con todo respeto, tanto a sus plagiadores como al periódico –hecho que le honra (yo no sé si habría sido incluso tan cortés)-, pero a estas alturas, no consigo entender cómo queda gente que piensa que sus artimañas pseudocrativas pasarán desapercibidas.
Y ahora, a raíz de esto, este diario puede que para muchos lectores digitales no sea lo mismo, aun sabiendo que no han sido ellos directamente quien han irrumpido en propiedad intelectual, pero hay que irse con cuidado al escoger los colaboradores…