Ayer asistí al I Foro de Startups, organizado por el equipo de First Tuesday. Me encanta asistir a este tipo de eventos (aunque me resulte difícil de ir), por:
su frescura
todos los asistentes (emprendedores/ponentes, inversores, business angels y participantes/espectadores) de pie, puestos en formato ruedo y en medio el micro con su dueño momentáneo
el entusiasmo
que transmite el ambiente, lleno de personas optimistas que ven soluciones a problemas, y oportunidades en épocas de crisis
la alegría
en las miradas risueñas de los emprendedores que van a presentar su idea de negocio ante una audiencia interesada e interesante para ellos
la seriedad
en que se trata el timing (con el maestro de ceremonias), la estructura del evento y los beneficios para los participantes en compartir los proyectos
el formato
simple, ágil, cercano y directo. Sin más protocoles que un orden del día publicado en internet, i que se sigue al milímetro, casi sin quererlo, por al dinámica propia del acto
su escasez
en estos tiempo, en que la ayuda y promoción real de emprendedores, a través de acontecimientos presenciales que les proporcionen visibilidad en el sector, posibilidad de conseguir capital, beneficios directos de branding por el solo hecho de participar; hace de este tipo de evento un ‘material muy preciado’ por la necesidad que existe de estos motores que arrancan de la base de las ideas, de los proyectos viables, de la confianza en personas que dan su vida por su proyecto.
El de ayer en el CDLC, concretamente, se presentaban a concurso unos proyectos que requerían de capital. Y allí, todos de pie, y con un silencio más que encomiable, los emprendedores fueron pasando por el micro y explicando sus ideas llevadas a la realidad, dando detalles sobre ellos mismos, sus equipos, sus planes de negocio y sus perspectivas de futuro. A su lado, y escuchando muy atentamente, los posibles inversores y business angels ofrecieren un recital de escucha activa complementada con preguntas -algo técnicas para mi, pero muy exactas para el encaje del proyecto a sus necesidades inversoras, y visión de la realidad-. Todos los asistentes, a parte de poder saludar algunos conocidos (también quedaron algunos por saludar), y algún que otro contacto nuevo, pudimos disfrutar de un buen rato con la presentación de ideas innovadoras, que en estos tiempos que corren, fueron música para mis oídos. Y por cierto, tomo medio-prestado el título de este post 😉