Cerca del 90% de la población mundial tiene un móvil en sus manos. Y lo tiene durante 90 minutos al día (o lo que serían 23 días al año..). Y claro, a nadie se le escapa que el pensamiento de muchos (sobretodo offliners) esto puede comportar una cruda paradoja: a mayor socialización digital, podría comportar una menor socialización no-digital (o off-line), incluso un problema de atención a quienes tenemos delante en beneficio de los de “dentro el móvil”. Este fenómeno tiene nombre y es conocido como phubbing.
En realidad estamos hablando una “netiqueta social”, la manera cómo debemos gestionar la relación de los contactos presenciales con los digitales cuando coinciden en un espacio-tiempo.
La propuesta de esta “netiqueta social” para combinar estas relaciones con personas que tenemos delante con las que tenemos a través de un dispositivo móvil, es la que comparto hoy en DiariARA y quiero hacer extensiva aquí:
- tenemos que hablar de “netiqueta social” porque podemos tener interrupciones originadas en dispositivos digitales que pueden ser priorizadas por delante de la actividad que tengamos físicamente delante con otras personas
- es bueno conocer primero tus interlocutores presenciales. Saber de su personalidad y preferencias ayudará a conocer quién tienes delante i cómo extremar determinados comportamientos en diferentes casos, evitando situaciones incómodas
- ser consciente de las características contextuales del momento en el que estás (día de la semana, momento del día..) y sitio en el que te encuentras
- conocer si hay temes que pueden requerir de una mayor prioridad a las personas que tienes delante, para cruzarlo con las dos anteriores: interlocutores y características contextuales
Sabidos estos principios, en términos generales aconsejaría:
- tratar el dispositivo como un interlocutor más, con un rango inferior a los presenciales
- priorizar los presenciales el mayor tiempo posible
- interactuar responsablemente durante el tiempo que compartimos con otras personas presentes no es nada malo (a veces se puede llegar a demonizar..). Lo malo es hacer abuso hacia el dispositivo en detrimento a quien nos acompaña
- intentar hacer pasar el dispositivo lo más desapercibido posible (silenciar sonidos, vibraciones y ponerlo en sitio discreto)
- consultar actualizaciones en el dispositivo lo mínimo posible
- interaccionar lo estrictamente necesario
- aprovechar breves momentos de desatención ajena o soledad para interaccionar y no molestar a nadie, si es necesario