Una de las claves del éxito del buscador es su ‘simplicidad’. Simplicidad que es aparente, ya que, como la televisión (que sólo consiste en apretar un botón y zappear con el mando a distancia), la buscas en internet son una compleja arma de doble filo que hay que saber leer y entender.
Para dar unos primeros brochazos en lo que se nos muestra en pantalla, tras introducir un criterio en la barra y darle al botón de Buscar, el formato de la página almacena un montón de informaciones que han sido puestas para que salgan en ese justo momento. De entrada, diferenciamos los resultados orgánicos de los enlaces patrocinados. De hecho, se han realizado múltiples estudios sobre la capacidad de atracción que ambos tienen. Sin lugar a dudas, el usuario, casi por ‘atención natural’, fusila los 3 primeros resultados. Luego sigue con los demás, perdiendo fuerza, hasta el resultado 10 de la primera página. Con los resultados patrocinados laterales les pasa algo parecido, pero el descenso de atención es aún mayor.
También, en los resultados orgánicos (centrales), encontramos que Google prioriza ‘sus contenidos’ ante los que no lo son. News e imagenes Google, vídeos de YouTube… le siguen los sitios oficiales (sobre el criterio de búsqueda) y resultados de Wikipedia. Acabado este carro de ídems, seguirán los demás. Pero la cuestión es que los primeros (los relacionados con Google) y que ocupan el TOP5 no tienen porqué tener una relevancia superior a los otros. He aquí uno de los avisos para navegantes, en lo que a lectura de resultados en buscas se refiere.
Por este motivo, el usuario de internet tiene que saber que un resultado en esas posiciones, evidentemente es relevante, pero con ciertas reservas..