inboxVivimos un momento en que la comunicación está ganando gran terreno gracias a las tecnologías de la información. Que nuestra percepción de “realidad” se construye a partir de la suma de innumerables factores. Que la comunicación lleva implícita cada vez más información de contexto, que nos ayuda a imaginarnos más y mejor la idea de quien nos envía cualquier pedacito de información, se en forma de tuit, post.. o email.

Nuestra dimensión digital cobra importancia y tod@s a prendemos a diario sobre nosotros mismos y sobre nuestros propios hábitos de consumo de información y relación online.

Internet ha traído consigo una serie de ventajas y mejoras para tod@s, de las que hoy destaco una: la asincronidad. No es que internet tenga su exclusiva. Hay asincronismo en la comunicación humana desde que un homínido dejó su primera seña en un bosque para que otro la interpretara cuando la viera. Lo que hoy quiero referirme es, en el contexto de nuestra compleja sociedad actual, qué subinformación interpretamos cuando recibimos una pieza comunicativa concreta, fijándonos en el momento (la hora) que fue enviado. En el caso que quiero fijarme hoy: el email.

Para entender lo que nuestro raciocinio descifra, en cuestión de milisegundos, y saca una (curiosa) idea sobre nuestro emisor, cruza una matriz de varias dimensiones, aunque destacaría 4:

  1. tipo de emisor: amigo, conocido o compañero de trabajo
  2. contenido del mensaje: personal o del ámbito laboral
  3. día de la semana: de lunes a viernes, o fin de semana (sábado y domingo)
  4. hora del día que fue enviado el correo
  • 5h-7h   muy madrugador
  • 7h-8h   madrugador
  • 8h-10h primera hora de la mañana
  • durante la mañana
  • 13h-14h despachar temas antes de ir a comer
  • 14h-16h avanzando temas aprovechando la hora de comer (quién sabe si come o no, o si despacha mientras come..)
  • 16h-17h primera hora de la tarde
  • durante la tarde
  • 19h-21h última hora de la tarde
  • noche no puede con todo durante el día y tiene que seguir por la noche

Con estas 4 variables vamos a deducir:

  1. si es momento o no para según qué temas..
  2. si hay que hacer esperar un tema determinado.. (en vez de contestarlo de inmediato)
  3. si el emisor trabaja durante el fin de semana..
  4. si es demasiado tarde o temprano para un tema determinado..

Lo que me fascina de estas interpretaciones es que me confirman una curiosa hipótesis: independientemente de la hora en que se lea un email, cuando viene de otra persona (no de un emailing masivo o newsletter) la hora en que lo ha enviado importa, aunque estemos en un medio asíncrono por naturaleza. Quizá no debieran ser tan importantes estas conjeturas. Pero se sacan.

¿Alguna idea más? 🙂

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Francesc Grau

Obrero de la comunicación 💬 CEO de Chatprise 💡 y autor 📚 de libros, artículos y este humilde blog

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