No es la primeva vez que lo oigo pero sí que lo veo en primera persona, y funcionando: el Whatsapp empieza a posicionarse como una herramienta de marketing potente, no solo como una simple app de mensajería personal.
El poder del Whatsapp reside en la ‘privacidad’ e inmediatez de la conversación. Devuelve lo que las redes sociales tradicionales nos habían quitado: la exclusividad, la personalización, el trato directo con las marcas. La mensajería privada promete ser el próximo canal de comunicación por excelencia entre consumidores y marcas, de aquí en adelante.
Acostumbrado ya a una nueva tendencia cada 6 meses, sí que ésta tiene una cosa realmente interesante: vuelve a los orígenes de la comunicación: 1 emisor <-> 1 receptor.