Esto que dicho de esta manera puede parecer extraño es más habitual de lo que muchos puedan pensar.
Cuando la empresa no gestiona la comunicación interna que circula por los grupos de chat de sus trabajadores, no controla los grupos operativos de trabajo para con sus empleados, y es frecuente encontrar miembros que ya no forman parte de la plantilla y que ya no deberían formar parte de esos grupos.
Los motivos por tener personas ajenas a la organización no son extraños. El principal motivo es que sean ex-empleados que formaron parte de la empresa, de ese mismo grupo, y que aún están allí porque
- ni ellos han abandonado el grupo
- ni su excompañero (administrador del grupo) le ha sacado
Siguen dentro, formando parte de los participantes:
- viendo las conversaciones
- accediendo (y descargando) documentos confidenciales
- contactando privadamente a ex-compañeros contándoles sus desventuras con la empresa
La única manera de cortar con estas malas prácticas es administrar desde la empresa los grupos de trabajo operativo que tiene que haber, formados por las personas que los deben componer, desvinculando a los trabajadores de la administración de grupos de trabajo, una tarea de gestión que debe asumir la empresa, liberándoles de los conflictos de intereses que pudieran tener con compañeros que dejan la organización.