En medio de las miles de estrategias en los medios sociales originadas por pequeñas, medias y grandes compañías, con los objetivos claros de ganar notoriedad y establecer los puentes de diálogo necesarios para entrar en contacto con sus consumidores, Apple sorprende una vez más con una de sus excéntricas manifestaciones de marca, relacionadas con la su comunicación.
Es conocido, y hasta criticado, el hecho de la poca presencia social de Apple (como marca, no con sus productos) en la internet social, incluso de ha llegado a criticarla como marca arrogante y elitista por su poca accesibilidad e interés con los consumidores más allá de las increíbles ventas que les subministra. Hace tan sólo unas semanas, se oficializaba, la fanpage en Facebook de su galeria audiovisual iTunes, como espacio corporativo excepcional en una red social.
Ante la negativa de salir con una estrategia clara de comunicación social masiva, el CEO de la compañía, el archiconocido y singular Steve Jobs, reinventa la (tradicional) campaña de emailing (como titula Wired). Jobs, ayudado por su equipo de relaciones públicas, materializa el deseo de contestar personalmente quienes le solicitan, filtrando cuidadosamente del gran volumen de correo que recibe a unos privilegiados que son contestados a su puño y letra. Unos de los puntos clave de esta selección son la capacidad de influencia del solicitante y la importancia de la temática sobre la que se interesa (actualidad / necesidad).
Apple es especial y quizá se pueda permitir algunas licencias como ésta. De hecho, contestar mails se hace desde los inicios más ancestrales de internet y representa claramente una de las formas de comunicación más básicas de todo internauta. La personalidad de Apple, su diseño, su comunicación publicitaria son sencillas, racionales, austeras en detalles sobreros. Puede que esta estrategia sea el inicio de una moda vanguardista de volver a los orígenes de la comunicación online…
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