
Hoy quiero compartir algo asombroso para mi que descubrí hace justo ahora 4 años.
Estamos en pleno el s.XXI y ni mucho menos todos los empleados de todas las empresas disponen de un email de trabajo. Y no es que sea por dejadez de la empresa.
No todos los empleos pueden permitir pagar una cuenta de correo electrónico por cada empleado, ya sea porque:
- no va a usarla (puede que nunca, aunque los reciba correos no los leerá)
- nunca amortizará el coste (por poco uso o ineficiencia por el tipo de trabajo que realiza)
- por el coste que representa (de 1€ a 12€)
Imaginemos, por un momento, en todo el personal de un hotel. Todo el personal directivo y oficina, no tenemos ninguna duda. Pero tiene muchos empleos en los que las comunicaciones digitales corporativas son “difíciles”:
- cocineros
- camareros
- jardineros
- personal de mantenimiento
- personal de limpieza y habitaciones
- personal de seguridad
- animadores
- etc.
- Además, hay que añadir la capa internacional: no todos los hoteles de una misma cadena están en un solo país, ni continente.
Esta dispersión de tareas, personas y países, cada uno con distintas realidades y niveles de “cultura digital”, dificulta la gestión óptima y correcta de la Comunicación interna:
- desde los compliance de contratación (envío de DNIs, contratos..)
- transmisión de cultura corporativa (el apego a la compañía a través de comunicaciones internas para dar conocimiento sobre el sitio donde trabajan)
- acceso/envío de nóminas
- protocolos de crisis para cada colectivo interno
Y es por estos motivos por los que una solución de chat fácil con ellos que puedan usarla asegura la máxima eficiencia en comunicación, seguridad, aspectos legales y costes. Y como realmente no existía, ¡la creamos!