El transatlántico de Facebook da golpe de timón esta semana para evitar un iceberg que se le venía encima. En un momento en que el usuario de internet ya empieza a tenir un criterio más o menos claro sobre lo que quiere/necesita y prefiere de cada espacio social, Facebook se suma al grupo de sitios que permiten una relación bidireccional entre los perfiles de su entorno social.
Esta nueva funcionalidad para Facebook consiste en permitir que alguien que no sea “amigo” (con quien no haya una aceptación a su solicitud de amistad) pueda seguir su timeline de publicaciones (siempre que así lo haya permitido en las preferencias de privacidad, claro).
Pero aunque esto suene a “avance” para la plataforma más popular del momento, a mi me suena a retroceso de su personalidad inicial, a renuncia de sus orígenes como sitio para compartir tu vida sólo con las personas de tu confianza, y a medida de temor por intentar no ser alcanzada por sus musculosos competidores.
Entiendo lo que hace, pero mire por donde lo mire, creo que ha roto con la coherencia de su propia naturaleza. No creo que su progreso natural le hubiera llevado a ello de no ser por la copetencia feroz con la que se está encontrando. Y se le nota que no quiere que se le escape nada… pero puede que se les esté escapando lo principal: su razón de ser, lo que un día fue lo que les hizo grandes: las relaciones de confianza entre familiares y amigos. Entrar ahora en terreno informativo (más que el puramente relacional), buscando un nuevo posicionamiento, le llevará precisamente a unirse a sus competidores en la batalla por el domino del espacio primario sobre el tiempo real.
Además, es curiosa esta funcionalidad “de seguimiento”. ¿No encuentras que es raro tener que activarla? Es como si un dia cualquiera de nosotros decidiéramos -de golpe- activar una opción personal de poder ser seguibles por los demás, que hasta entonces no podían… :-S