La influencia en el mundo digital se mide en parámetros de acción digital ‘agregada’. Y sólo empezará a tener interés cuando consiga visibilizar la autoridad real de individuos por los campos concretos que tengan una incidencia real, aunque no venga por su cantidad de acción digital. Mientras no pase esto, los medidores de influencia continúan premiando a los individuos que viven de materia digital y los media, no los perfiles con autoridad real en sus áreas de peso real.
Tod@s y cada un@ de nosotr@s somos influenciadores en algún campo de nuestras vidas. Tod@s tenemos capacidad de influencia hacia quienes creen que merecemos que lo tengamos. Este reconocimiento, por parte de este alguien hacia nosotros, es siempre (o debería ser) dentro de una materia concreta, para alejarnos de los personajes populares o celebrities, a quienes sí se les acepta ese papel de omniprescriptor en cualquier materia:
- caso de deportistas que se les da bien lidiar con un balón y nos aconsejan sobre comida de pasta, de postres con vainilla o pastas dentífricas
- caso de periodistas que se les da bien el busto parlante por televisión y nos prescriben sobre depósitos bancarios o champús para el cabello
- caso de actores y actrices en racha promotiéndonos resultados de productos capilares y tratamientos para la piel
- etcétera..
La influencia de usuarios de internet a día de hoy, se sustenta por la secuencia de publicaciones y comunidad entorno a su perfil. A demás, se puede ver que las primeras posiciones en ránkings de influencia están copadas por perfiles pertenecientes a individuos bastante profesionalizados y, a mi humilde parecer, aún poco representativos de la población total. Sí que ejercen ‘influencia’, pero una influencia, muy prematura por su amplia focalización.
La internet que tenemos hoy es muy joven. Sus habitantes aún no están suficientemente formados en materia digital (y lo que la reputación online que construyen en cada tuit, en cada foto suya que publican, en cada actualización de Facebook que hacen..) para que sean plenamente conscientes que lo que realmente están proyectando hacia la red son ellos mismos, y no un ser digital paralelo. Esto hace que su yo digital no sea ni mucho menos lo que realmente son, por lo que se alejan de sus áreas donde tienen realmente influencia en su vida fuera de la red.
Los timelines de un gran número de usuarios (en Twitter o en Google+, dos de los mainstreams dominantes del tiempo real) sólo publica notícias de medios de comunicación y diálogos con otros usuarios. Es evidente que su vida real no són sólo notícias ni contestas a otros individuos. Pues eso es lo que muestran hoy online. Y es lo que los medidores de influencia consiguen analizar. Cuando mayor conocimiento del medio digital haya, y conscienciación sobre los efectos de nuestras publicaciones tengamos, será cuando el usuario medio publicará información realmente de valor, información que luego sí empezará a ser representativa de su entera personalidad (offline + online), y podrán diferenciarse los auténticos influenciadores por cada área temática.
Internet ha hecho aflorar a la primera generación de “influenciadores generalistas”, los que se dedican a la comunicación digital, los que se dedican a esto, vamos.. pero la auténtica potencia de la red en el campo de la conexión real de intereses entre individuos, empresas y organizaciones va a venir a la segunda oleada, cuando el usuario medio, entonces ya más formado en términos digitales, proyecte sus intereses, sus aficiones, sus ideas vitales.. y afloren los perfiles de influencia real sobre temas bien diversos.