Que los medios sociales y la revolución de la Web 2.0 han puesto de manifiesto muchos misterios personales lo sabemos. Pero también los corporativos. Y con ellos la comunicación de las marcas. La honestidad en el mensaje puede que siempre se haya valorado pero ahora pasa a otro nivel: la necesidad de la ‘verdad’ en lo que se dice.
La convención social de creernos las palabras del mensaje publicitario con prescriptores y celebridades se desmorona ahora si este prescriptor o celebridad dice algo que al mismo tiempo el espectador ve que es totalmente mentira. Es más, actúa en contra del mismo prescriptor, de la marca y del sector publicitario, el cual ve aún más mermada su credibilidad.
Uno de los casos que he visto con más recurrencia, y con el último caso esta misma semana en la ceremonia de los Óscar (con el famoso selfie de estrellas), es la de los intentos de Samsung para que las estrellas usaran sus terminales. $20 millones de dólares para evidenciar que solo los usan cuando está en el contrato, y prefieren iPhone..
Oprah tuvo el mismo problema promocionando la Microsoft Surface, desde su iPhone..
Y para colmo de males, los mismos de Samsung alguna vez se les ha escapado algún tuit desde iPhone también.. 😛
@SebastienPage look what samsung use for twitter 🙂 pic.twitter.com/IlIv89yt
— Мarjan (@thengel) November 19, 2012
Reports say Samsung paid for Ellen to send selfie tweets during Oscars. Backstage, though, she is not using Samsung. pic.twitter.com/XQnJgsCHqA
— Eli Langer (@EliLanger) March 3, 2014
Y tu ¿qué opinas? crees que la publicidad testimonal tiene que desatarse totalmente de la realidad del prescriptor, o debería de ser honesta consigo misma y con los demás, y promocionar productos/servicios en los que creyese?
@rafamerino @KrITIK4L @alpalay cada vez más quedará más en boga el triste papel de los ‘falsos prescriptores’ (publicitarios)
— Francesc Grau | T609 (@FGrau) March 4, 2014