Antes de ayer asistí en directo a la recomendación de distintos locales, en este caso del sector de la restauración, a través de Twitter. Tanto el primer comentario de ejemplo, como el segundo, ambos llevan el nombre de un restaurante y un enlace donde se encuentra una valoración del local (las dos positivas). Estas publicaciones originadas en Twitter no dejan de ser entradas a indexar en buscadores, y por tanto, materia prima de posicionamiento para dichas denominaciones. La recomendación sigue siendo la herramienta de márketing más potente donde las haya, y Twitter permite recomendar a tiempo real, aunque su peso sea debil.
Aun así, estos casos no darían un posicionamiento directo (no ayudarían al posicionamiento orgánico: marca<->valor) ya que la opinión del prescriptor no se publica junto al nombre del restaurante, sinó que se referencia a un website exterior con una URL reducida. Siguiendo el enlace, sí se encuentra la valoración de dicho local.
Estamos ante el handicap de escoger entre (1) posicionar una marca con una valoración dentro de un mismo twit (subjetivo), o (2) nombrar una marca con un enlace externo hacia un website con varias opiniones (más objetivo) pero con más credibilidad.
Mi mente marketiniana no puede dejar de pensar en nuevos medios y sistemas para la interrelación entre públicos con intereses coincidentes. ¿Estaremos asistiendo al parto de un nuevo twitmarketing?