Permíteme re-usar la archiconocida nomenclatura para definir la nueva tendencia en privacidad. Nuestra era web arrancaba en los 90 principalmente con unos entornos web muy básicos, con un modelo de comunicación one-to-many, al mismo tiempo que convivía con otro modelo: el IRC (Internet Relay Chat).
Con la llegada de las tecnologías de la Web 2.0, los chats fueron desapareciendo por la simple razón de que los usuarios encontraron en los medios sociales un hábitat con muchas más posibilidades sociales e individuales para desarrollarse como individuos glocales.
Y aparecieron los primeros problemas de “privacidad social digital”, aquellos que hasta el momento en que, por publicar cualquier información nuestra de carácter personal o por el simple hecho de actuar activa o pasivamente online, quedamos expuestos ante todo el mundo.
Hoy, 10 años después de la proclamación pública de esta Web 2.0 y estar en medio de un campo de batalla con fuego cruzado de privacidades entre usuarios y startups tecnológicas avenidas multinacionales, volvemos al inicio de nuestros tiempos digitales: los chats. Han empezado los éxodos de usuarios de distintas redes sociales masivas hacia servicios de comunicación que les ofrezcan unos entornos más ‘privados’ y que se ajusten más a sus nuevas necesidades.
El paso del tiempo nos hace madurar, nos enseña, nos acompleja. Exigimos nuevas soluciones que superen nuevas problemáticas y situaciones actuales. Las redes sociales llevaban tiempo llamando “a todo el mundo” a entrar en sus bases de datos, pero ahora se les hace difícil retenerlos. Jóvenes huyendo de donde también están sus padres, y adultos rechazando espacios demasiado acechados por la publicidad y la monetización de su presencia, junto al cambio de tendencias del consumo de las relaciones digitales; son algunas de las causas de las nuevas migraciones de públicos desde las redes sociales hacia apps que permiten chatear desde sus dispositivos móviles sólo ante la vista de quien ellos quieren.
Ayer por la tarde, Instagram presentó su nueva funcionalidad de mensajería privada, múltiple y selectiva. Ayer, también, era Twitter quien actualizaba su app para iOS permitiendo adjuntar fotografías a sus DMs (mensajes privados entre usuarios) mientras piensa en desarrollar una app propia nativa de chat, siguiendo los pasos de Facebook quien la tiene desde 2011. Y todos siguiendo los pasos de apps como Whatsapp, o Line, la que siendo una app de chat incorpora un timeline como Twitter con una imagen de cabecera inspirada en la que tuvo Facebook desde el inicio..