Observando ayer el transcurso del escrutinio de las elecciones vascas y galegas en Twitter, confirmé una de las hipótesis que llevaba un tiempo observando y que en un hito social importante, como son unas elecciones, puede corroborar.
En uno de los desaciertos, a mi modo de entender Twitter, de los medios de comunicación, y que sigue alejándoles de sus audiencias en esta plataforma, es el usar #hashtags ‘de su propiedad’ en vez de usar de ‘generalistas’. Me explico.
Cada vez que hay un evento, hito o tema principal que va a generar debate, muchos medios de comunicación proponen su propio #hashtag de seguimiento de ese tema. Imagino que lo proponen por intentar atraer y centralizar el debate que se genere entorno a su medio, con eje sus notícias y artículos. Pero no es así (en una gran mayoría de casos). Si cada medio pide seguir su propio #hashtag personalizado entonces ¿por qué hay que seguirle? El afán de capitalización de la conversación entorno a sus publicaciones puede desafeccionar, a sus propios followers, que ya le siguen. ¿Por qué redundar pidiendoles un #hashtag exclusivo? Esta fragmentación de la conversación en tiempo real, desvirtúa el sentido de la propia herramienta #hashtag que busca la confluencia de usuari@s con el mismo interés en seguir un mismo tema.
A demás, analizando la exposición conseguido por ambos tipos de #hastags, los más usados son claramente los generalistas (siempre salvo excepciones). L@s usuari@s buscan un #hashtag abierto a mayorías y libre de corporativosmos para poder intercanviar impresiones e interactuar en un stream ‘real’ de dialogo cruzado entre intervinientes desmediatizado. El uso del #hashtag propuesto por el medio de comunicación es mínimo (en comparación con su audiencia en seguidores) y participado, en gran mayoría, por los propios colaboradores del medio (creando un microclima irreal de conversación entre los mismos). Los propios followers prefieren interactuar con el #hashtag generalista para encontrarse con todos los demás usuarios.