Este ‘inicio de curso’ he tenido la oportunidad de hablar con un compañero al que le había perdido la pista hacía tiempo. La ilusión fue mayúscula cuando coincidimos un día y nos emplazamos para comer y recordar alguna que otra batallita.

Nos explicamos un poco la vida, y me contó que ahora está trabajando como directivo en una empresa importante del ámbito de la restauración.

Me interesé por saber qué sistema usan entre compañeros.

Y él mismo me enseña Telegram: “No usamos Whatsapp”. Preferimos una app más ‘segura’.

Mi cara lo dijo todo 😳 Y se dió cuenta..

– ¿Qué te pasa? ¿Telegram no es seguro? 🤷‍♂️

Y aquí es cuando le tuve que explicar los 3 puntos más importantes por lo que no es adecuado usarla en el trabajo:

1️⃣ Telegram, como cualquier otra app personal 📲 no permite organizar/administrar desde un panel de control todas las conversaciones de tu empresa. Por lo que no tienes visión de la totalidad de la plantilla de empleados, si todo el mundo está en grupos (o falta alguien.. o sobra alguien que no debería estar!), tampoco sabes en qué grupos está todo el mundo, estadísticas sobre uso, grupos donde hay más actividad, grupos que no se usan, detectar posibles crisis por falta de información, etc..

2️⃣ Telegram, como cualquier otra app personal, no cumple con el ❌  RGPD. No sabes dónde almacena los datos (archivos, documentos confidenciales, credenciales..) que compartes de la empresa, si tienes cualquier incidencia o error de la app no puedes acudir a nadie para que te lo arregle ni ayuda a recuperar

3️⃣ Y además le conté un caso real ⚠️ que un día os explicaré con más detalle, pero en síntesis fue que un cliente nuestro de Chatforce nos explicó cuán útil fue tenen una herramienta propia para poder puntear los accesos a la misma para proteger a un empleado de la empresa que acusaban de haber accedido a un grupo para acceder a un documento confidencial. Accediendo al *registro de accesos*, se demostró que el empleado que acusaban era inocente de la acusación: aquel día no accedió y no pudo ver el documento. Y se descubrió el que sí lo había hecho. Si esto hubiera sucedido en Whatsapp o Telegram, el inocente habría pasado por culpable sin posibilidad, por parte de la empresa, de defenderle.

👉 ¿Sabes de algún conflicto originado a través de la mensajería que usáis en la empresa?

👉 ¿Habéis vivido alguna experiencia similar, por pequeña o insignificante que te parezca?

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Francesc Grau

Obrero de la comunicación 💬 CEO de Chatforce.tech 💡 y autor 📚 de libros, artículos y este humilde blog

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