Hemos llegado al momento en que si acudimos a un evento y no lo contamos en redes sociales (tuits, fotos, posts en Instagram, publicación de álbumes en Facebook..) nos parece que no lo hemos vivido plenamente.
Lejos de esto, está extendiéndose –eso sí, poco a poco– volver a ‘recuperar’ los encuentros (eventos) solo para sus asistentes. Sube con fuerza la restricción, el “suceder” sin documentar, el valor de la exclusividad en asistir físicamente a un sitio cuyo contenido se comparta entre las personas que estén presentes.
Parece rescatarse el “valor” de lo efímero, lo que sucede en un espacio-tiempo concreto para quedarse allí y no trasceder hacia fuera. Volvemos a las leyes generales de la economía basadas en la escasez y no en la sobreabundancia. Presenciar algo beneficiándose del hecho de estar presente en detrimento a los que no están. Incluso en la fiesta, del año pasado, de celebración del 50 aniversario de Michelle Obama prohibió el uso de los smartphones dentro del recinto donde se desarrollaba la fiesta.
Este formato clásico preserva riesgos como:
- fugas al exterior. Se requiere del ‘off-the-record’ de toda la vida con los periodistas: lo que sucede allí, es solo para los asistentes. (festa de 1ra dama Obama)
- pérdida del control sobre la compartición del momento. Explicaba hace unos meses del aviso de un amigo programador de apps que me contaba los peligros que ignoramos al dar permiso a acceder al carrete en nuestros móviles a muchas apps. Nos preguntan por acceder al carrete. Nosotros imaginamos que es solo para cuando les indiquemos (ejemplo: al subir una foto). Pero en realidad le hemos dado permiso a la app para que acceda cuando ella quiera a nuestro carrete.. (Post – Volveremos a la máquina de fotos convencional)
- cada uno tratará como crea el derecho de imagen de los demás. Mi humilde opinión aquí es que no tengo los derechos de imagen los demás, ni tampoco los de mi hijo (hoy, menor de edad), en exponer su infantez en internet.
Oportunidades de la preservación de la privacidad en un evento:
- el recuerdo único solo de los presentes
- antes solo los que visitaban una familia visualizaban sus fotos ‘privadas’. Se iban con el recuerdo de haber compartido un momento mágico solo los presentes (historias contadas de viva voz por los mismo protagonistas, ante el recuerdo gráfico de las fotografías.
- la química del contacto presencial con los demás, con personas que queremos que están allí por elección
Este retorno a la privadez no tiene porque ser en todos los casos. Habrá sitios y eventos que su difusión será clave y deberá incluso promocionarse.
Creo sinceramente que estamos madurando como sociedad social digital y es muy bueno que recuperemos estos viejos hábitos de relación.