Incluso yo mismo me parece pretencioso el titular al inicio. Pero haciendo una breve reflexión, me doy cuenta que se ajusta exactamente a la realidad.
La primera semana de enero, Terri Thomton publicaba un post en PBS dando una visión creo que muy ajustada a lo que representa Twitter para una persona a día de hoy, o puede llegar a representar ún ignorándolo. Terri toma el caso extremo, pero real como la vida misma, del famoso tuit de la ejecutiva Justine Sacco el cual arruinó si vida profesional en minutos, e imagino que se llevó consigo parte de su reputación personal..
Veamos las siguientes ideas y learnings que se han demostrado con este caso, y que complemento y comparto al 100%:
- cuando redactamos una Política de uso de medios sociales para una compañía, una de las primeras reglas es que cualquier de sus empleados representa la empresa en todo momento, incluso en sus cuentas personales. La gente interpretará que eres tu quien publica pero en declaraciones ‘sensibles’ atribuirá inherentemente tus valores a tus contratantes. La responsabilidad de tus palabras pertenecen a ambos ahora, no solo a ti.
- en una hipotética crisis originada por tus palabras en Twitter la agenda-setting importa. En un momento coyuntural del año sin muchas notícias relevantes, tus tuits pueden ganar visibilidad en los medios. En el caso de Justine, la época prenavideña le jugó una mala pasada. Su perfil en Twitter, con poco más de 300 seguidores, se viralizó en la plataforma y salto a los medios como si se tratase de una cuenta de una celebrity.
- los números, en Twitter, pueden resultar engañosos. Escribía Jeff Bercovici en Forbes que Justine Sacco no era una mala persona, solo era mala en Twitter. Ningún seleccionador la hubiera contratado por sus puntuaciones e influencia en Klout. Aún así, ha sido comentada, escrita y mostrada en portada en muchos medios por pronunciar un solo tuit, por el cruce de su opinión acerca de un tema polémico sumado a su cargo de responsabilidad en su compañía. Una muestra más de la importancia de lo que publican los empleados a título personal en sus perfiles en redes sociales.
- si bebes, no tuitees. No sabemos si Justine lanzó el desafortunado tuit bajo los efectos de ninguna substancia, pero repasando su pasado, alguien encontró que en algún momento había publicado que “no podía ser despedida por decir algo en según ‘qué estado’ ¿verdad?”. Thomton compara Twitter con el partido de oficina más grande del mundo, con una gran audiencia en el estadio.
- en Twitter, el tiempo es oro. Y en tiempo de crisis de reputación, platino! Justín publicó el fatídico tuit justo antes de subir a un vuelo transoceánico. Mientras ella volava tranquila, en tierra sus palabras retumbaban como martillazos en la red, expandiéndose como la pólvora. No pudo dar ninguna respuesta ni justificación alguna hasta pasadas las horas del vuelo. Demasiadas.
- gestión del error, ya que va a estar allí. Todos nos equivocamos, más temprano o más tarde. Somos humanos. Habrá que saber disculparse correctament y gestionar la responsabilidad que conlleve, sea en público o más en privado. Las redes sociales ayudan a difundir y proyectar mensajes. También los errores..
This Week's Cover Story – The Facebook Comment That Ruined a Life http://t.co/hiozZVOw3l
— Dallas Observer (@Dallas_Observer) February 12, 2014