Hablando con compañeros que se dedican a la planficiación de campañas publicitarias para grandes cuentas (planners), comentan la enorme dificultad que representa lidiar con la fluctuocidad, volatilidad y migratoriedad de los públicos, transvasándose de un medio para otro –sin previo aviso 😉 –, e impactarlos con un mensaje especialmente producido para aquel soporte. Sin entrar en el estrés de los vasos de audiencias comunicantes (entre medios y soportes) en primetime de un dia cualquiera, me ha gustado la ilustración que hace Thomas de la evolución de ‘las audiencias’ sobre una línea del tiempo, y poder apreciar su constante traslación de una mayoría de un medio (más antiguo) hacia otro (más moderno), quedando una pequeña representación, a modo de retén (del medio antiguo).
A medida que nuestra sociedad avanza, también lo hacen los medios de comunicación interpersonales. Y estos nuevos medios son adoptados por la mayoría. Aunque sí bien es cierto que la suma de los online lideran la atención global (webs + blogs + redes sociales), los tradicionales prensa y televisión siguen con una cuota individual de atención muy digna, aún conociendo su larga historia y los problemas de adaptación que están sufriendo a día de hoy.