Aunque parezca imposible, impensable e incluso –a primera vista- descabellado, lo que empezó como un juego de niños entre amigos, twitter está forzando la evolución de los hábitos de búsqueda tradicionales, y empieza a desplazar al gigantesco Google del epicentro de su feudo.
Los humanos sabemos detectar qué nos facilita la vida, lo adoptamos, lo mejoramos (si podemos) y lo usamos sin complejos hasta la saciedad. He aquí lo que está pasando con twitter. Cada vez más es mayor el nombre de usuarios que lanza sus preguntas, sus dudas, sus vacíos de conocimiento en su comunidad de twitter. De hecho, de dejan de ser un grupo de personas heterogéneas, escogidas por nosotros por diferentes motivos: amistad, aprecio, expertice, interés, cercanía/lejanía, área temática afín/o no, etc. Esa petición de información que hemos compartido entre nuestros contactos:
– pasará el ‘filtro social’ del grupo (crowdsearching), haciendo búsquedas más personalizadas
– aportará el contexto ‘humano’ que quizá necesite en ese momento
– quien aporte una respuesta (o más) será una unidad ‘inteligente’ que le acercará más al concepto buscado
– mayor posibilidad de exactitud en los resultados obtenidos, o le facilitaran enlaces o recursos próximos al objeto de búsqueda
– es escalable: cuando mayor sea la comunidad, mayor ajuste en las respuestas, ya que las respuestas dadas por los miembros de la comunidad, pueden ser refinadas por ellos mismos (de la inteligencia individual a la inteligencia colectiva)
– reforzaremos los lazos de ‘amistad’ entre los participantes (retroalimentando la necesidad humana del reconocimiento)
Todos estos motivos llevan al usuario a realizar unas búsquedas más eficientes en internet. Y ya empiezo a vislumbrar, que estos nuevos hábitos de búsqueda vulgarizarán las máquinas de Google (respuestas indexadas, automáticas, mecanizadas) y twitter podrá capitalizar un crowdsearching más cualificado y contextualizado.