La captura del todo
Compartir el máximo de experiencias
Todo lo compartido tiene que ser trepidante para que viralice
Geolocalización permanente de donde estoy y dónde voy
La retransmisión en tiempo real, aquí, ahora y en todo momento
Los árboles no dejan ver el bosque. La captura contínua y compartida no deja vivir. La paradoja está en que con tanto trabajo en retransmitir la vida, no se vive. Para conseguir audiencia, hay que atraerla con contenido interesante. Si no se publica contenido interesante, no hay audiencia. Se va. Por lo que hay que conseguirla a toda costa.
Nos estamos enajenando de algo que siempre había sido intrínseca y propietariamente nuestro: el tiempo, el sitio, la voluntad, la intimidad.. todo es muy rápido, efímero, superficial, inconsistente (no hay tiempo de consolidar).. eso sí: nos enteramos de todo, lo relevante y lo que no, todo el mundo sabe de nosotros, mucho o poco; nuestros hábitos, creencias, preferencias y gustos son compartidos y a la vez gustados a diario por amigos, conocidos o saludados en el mejor de los casos.
Lo que hace nada no hubiesemos permitido que nadie conociera, viese o supiera sobre nosotros, hoy lo contamos a los cuatro vientos sociales. Y ¿lo peor de todo? que parece ha dejado de importarnos. -¿Y qué? Me dicen..
¿Dónde nos hemos perdido? ¿en qué nos estamos equivocando? ¿de verdad queremos esto para nosotros y para nuestros hijos? ¿dónde lleva todo esto?
Perdona el atraco de preguntas, pero si tan solo tienes una sola respuesta, aquí se agradece aprenderla 🙂
La necesito rápido.. 😉
Hemos llegado al momento en que si acudimos a un evento y no lo contamos en redes sociales (tuits, fotos, posts en Instagram, publicación de álbumes en Facebook..) nos parece que no lo hemos vivido plenamente.
