
El fenómeno Klout empieza a hacerse notar. Hay clientes, empresas, organizaciones, personas que comienzan a preocuparse (con cierto caracter de urgencia..) en aumentar uno de los índices sociales que en breve dará que hablar. Klout se está estandarizando como referente como rankeador de influencia individual en la red. Individual entendido como individuo digital: persona o cualquier organismo con una identidad digital compuesta por uno o más perfiles en espacios sociales. Y es que ante la enorme dispersión de información y presencia de marcas en tan variopinta web social en que estamos, acudir a un solo sitio y que te dé un dato absoluto sobre alguien, ‘contextualizable’ al conjunto del universo online, la verdad: más allá de egos personales y corporativos, tiene atractivo. Sea para los que necesitan encontrar (o simplemente informarse) de qué perfiles mantienen unas ciertas actitudes en relación a los demás: lideraje, difusión, conectores…, información sobre identidad digital clasificada por los temas sobre los que más publica un sujeto (dime sobre qué twitteas y te diré a qué te dedicas ;-)) o una propuesta de medición de representatividad dentro del ecosistema digital.
Existen otros competidores como PeerIndex o Kred.ly que aplicarán otros algoritmos de cálculo de un ránking, más o menos acertado o cercano a una idea de quién es quien en el universo online. Como el algoritmo de Google, o la fórmula de la Coca-Cola, los factores que componen el producto final identitario son secretos y generan desajustes importantes. Medir/pesar quién es una persona, marca, empresa u organización no es nada fácil, teniendo en cuenta la innumerable cantidad de factores humanos que les afectan y se escapan a la matemática: percepciones, sensaciones, apatías, feelings, cariños, rencores, filias o fobias (para nombrar algunas). Leer mr »